sábado, 7 de agosto de 2010

LOURDES Y LA IZQUIERDA



Por Yomar Meléndez Rosas*

Que Lourdes Flores haya enmendado la plana a una de sus voceras y salude la participación de la izquierda en la “vida democrática” del país, no esconde los contornos ideológicos ni las argucias electorales de los grupos dominantes.

Prisioneras del neoliberalismo, distintas derechas asumen posturas totalitarias, pues totalitaria es la ideología que pretende imponer el “pensamiento único” silenciando a sus opositores. Sin embargo, esas conductas no son recientes, han estado presentes a lo largo de la historia nacional llegando al extremo de la proscripción y la muerte. Hace poco volvimos a experimentar una sensación similar cuando un joven fue detenido por exhibir una bandera del Perú que llevaba en el centro el rostro de Túpac Amaru.

En puridad, el conservadurismo nativo anhela negarle a la izquierda su derecho a competir y pretende arrebatarle su posibilidad de volver a representar políticamente a millones de personas que buscan una nueva orientación. No es de extrañar, por eso, el supuesto dislate de la referida candidata a regidora. Como la señorita mostró la estrategia (y ésta no debe ser nunca difundida), la propia Lourdes se ha visto obligada a salir y declarar que su portavoz fue “malinterpretada” . Claro que la oportuna y firme reacción de Susana Villarán ha motivado también esa respuesta.

Usando la maniobra electoral como recurso, Unidad Nacional insistió en el binomio perverso izquierda = terrorismo. Ellos -y otras formaciones que integran la alianza gobernante de hoy-, han trabajado ese mensaje desde los tiempos del fujimorismo; saben perfectamente que tal relación no existe, pero insisten e insistirán cada vez que sea funcional a sus intereses.

Quieren hacer olvidar que la izquierda es la fuerza más auténticamente democrática de nuestra patria. Muchos de los actuales derechos y espacios de participación han sido conquistados desde la izquierda y el pueblo. Las ocho horas de trabajo, las reformas universitarias, el voto femenino, la reforma agraria son algunas de esas reivindicaciones. Ni hablar de la luchas antidictatoriales de los setenta o los noventa, períodos en los cuales no pocos dirigentes derechistas que fanfarronean ahora de “democráticos” apoyaron los regímenes de facto.

Quieren hacernos olvidar, además, que en la batalla por preservar como instituciones democráticas universidades, sindicatos, federaciones, la izquierda libró duras luchas contra el senderismo, ofrendado vidas que merecen mayor reconocimiento.

En fin, esta vez el tiro les salió por la culata a Lourdes Flores y su gente. Creo que es una buena oportunidad para desarrollar una campaña de esclarecimiento en torno al papel que nos ha tocado jugar en la construcción inconclusa de la Nación. Hagámoslo juntos todos los colores de la izquierda, tenemos innumerables victorias que mostrar.

*Abogado. Vicepresidente del Movimiento Nueva Izquierda (MNI)

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